Que empiece ya, que el público se va…
Sí, es verdad. Estábamos muy impacientes, pero es que estaba a punto de empezar la representación en el Teatro Arbolé y poder estar allí con nuestros compañeros era una pasada.
De repente, las luces bajaron y tras unos pequeños gritos de sorpresa, se hizo el silencio y pudimos disfrutar de todo lo que estábamos contemplando.
¡Bravo! ¡Hurra! ¡Yupi!